Los rumores de Windows 9 que circulan por la red estos días indican que Microsoft abandonará la nomenclatura 8.x, de lo que, a su vez, se deduce que el sustituto de Windows 8.1 no será una mera actualización, sino una versión que introducirá cambios importantes.
El nombre en código utilizado es Threshold («umbral», en español). De esta forma, la interfaz estaría más definida y adaptada al concepto tradicional por el que la empresa ha conseguido liderar el mercado.
Según medios especializados como «The Verge» y «ZDNet», la presentación de una nueva versión estaría pensada para final de año para un posterior lanzamiento en la primavera de 2015.
El objetivo es hacerlo «más aceptable» para los consumidores y ganarse así a los usuarios que aún utilizan Windows 7, que lidera el ranking de sistemas operativos con una cuota de mercado del 49.27- frente a los 6.36- y 5.88- de Windows 8 y Windows 8.1 respectivamente, según datos de la firma de análisis Netmarketshare.
Eliminarían fronteras y separaciones entre las máquinas y se centrarían en los servicios, uno de los mayores intereses (y preocupaciones) de la compañía de Redmond.
La empresa ya anunció durante su conferencia de desarrolladores Build, celebrada a principios de este año, que la versión final de 8.1 se venderá con una interfaz «más refinada», lo que puede dar pábulo a los rumores que apuntan a que se está trabajando con un nuevo concepto que incluiría un tamaño distinto de tiles que flotan en el menú Inicio y que darían acceso a las aplicaciones, al más puro estilo de la interfaz Metro.
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